lunes, 1 de marzo de 2010

EL MUNDO AL REVES

Los partidos políticos, han conseguido que la palabra “tránsfuga”, (que según el diccionario de la Real Academia Española, es entre otras cosas: "persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato"), sea percibido por nuestra sociedad como la descripción de quien burlándose de la voluntad popular, quiebra los principios democráticos que informan nuestro sistema electoral, pues habiendo sido propuesto por un partido, vota o se posiciona en contra de los mandatos del mismo.

Hasta cierto punto, es comprensible que los partidos políticos cuya democracia interna brilla por su ausencia, defiendan a cal y canto la disciplina de voto en las diversas instituciones del Estado (Congreso, Senado, Plenos municipales etc.), pero lo grave es la cooperación de los medios de comunicación, sin los cuales, no se habría conseguido que nuestra sociedad perciba la disciplina de partido como algo democrático, o a sensu contrario, que se considere persona desleal, antidemocrática y despreciable a quien por no obedecer los mandatos de su partido, no hace mas que cumplir con lo que ordena nuestra Constitución: El voto de Senadores y Diputados es personal e indelegable art. 79.3, y a su vez, el art.67.2, Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo.

El Tribunal Constitucional, en su sentencia 10/83 niega a los partidos políticos la propiedad de los escaños, que es lo mismo que reconocer al diputado electo su derecho a actuar en conciencia en base al mandato del pueblo, que es en definitiva donde reside la soberanía, por lo menos eso dice la Constitución, y si la Constitución es la base de nuestra democracia, los desleales, antidemocráticos y despreciables son aquellos quienes pretenden que se actúe de forma contraria, o sea, quienes se otorgan el derecho de elegir a los candidatos en base a unas listas cerradas y bloqueadas, y una vez ratificados por el electorado, mandan sobre ellos.

Está claro que nuestros representantes no son más que mandados de los partidos que van al parlamento a ratificar lo que ya se ha decidido en otras instancias, sus votaciones nada tienen que ver con los intereses de sus electores, salvo coincidencias, aparte de eso, no hacen ni pueden hacer nada salvo aplaudir, podrían quedarse en casa y votar por internet.

La pregunta es: ¿quién es el antidemocrático y desleal? quien va al parlamento a votar lo que conviene al partido, o quien desoye las instrucciones y vota o actúa según su propia conciencia?, o sea, el tránsfuga.

Propongo que se aplique el sistema de las sociedades anónimas, o sea, se sustituya el parlamento por una cámara al estilo de un consejo de administración, en el que solo participen jefes de los partidos y tomen las decisiones en función del número de votos de cada uno como si fuesen accionistas, ¿se imaginan vds.?, entre el Congreso y el Senado, nos ahorraríamos unos 700 sueldos mas dietas y transporte, si añadimos las cámaras autonómicas  ya para que hablar, saldríamos de la crisis seguro,...y nada cambiaria.

El mundo al revés.

No es broma

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