martes, 2 de noviembre de 2010

LA CRUDA REALIDAD
 THE TRUTH ABOUT SPRING
 La crisis económica que nos azota, nos ha permitido a su vez, certificar una realidad más cruda si cabe, la desvinculación de los partidos políticos con el interés general, la lucha pura y dura por el poder al precio que sea. Nuestro país esta en manos de unos partidos políticos, clanes diría yo, con miembros incompetentes procedentes de una casta, la llamada “clase política”, o sea profesionales que necesitan la política para ganarse el sustento, gente que casi nada sabe de problemas sociales, ni de gestionar nada, pero si de trepar dentro de su partido para conseguir ser digitados y después a su vez digitar a los que tienen por debajo, como mas hábiles sean en la intriga, mas suben en su partido; si consiguen el Poder, lo primero que hacen es colocar a su clientela a costa del erario público y acto seguido atrincherarse para que dure lo máximo posible, caiga quien caiga, aunque sea la propia España como nación, la política nada tiene que ver con la gestión del Estado, es solo un instrumento para la demagogia que atrae el voto.

Cualquier persona cualificada, con espíritu de servicio, que los hay, y que se sienta con fuerza e ideas para servir en beneficio de todos, resulta descartada por obra de la LOREG, Ley absolutamente desfasada y antidemocrática que beneficia claramente a los grandes partidos, que son los únicos que pueden cambiarla, y a los partidos nacionalistas, cuyos votos dan mas escaños que a los demás. Los posibles mejores candidatos, los que verdaderamente podrían resolver los problemas de los españoles, quienes por lógica debieran ser los elegidos, tienen la vía cerrada por unos partidos que gozan del monopolio de elección de los supuestos representantes del pueblo, pueblo que solo tiene opción de votar la lista de un partido, aunque esté plagada de inútiles y sospechosos y que en este momento, tiene que ser la del PSOE o el PP, salvo milagro.

En el régimen franquista, los diputados iban a las Cortes para votar aquello que sabían que tenían que votar y a aplaudir, ahora van, a votar lo que les dice el partido, el Parlamento se ha convertido en un circo en el que los diputados asisten a modo de “claque”, los intereses de su electorado no cuentan, porque el partido es realmente el que los elige y solo ante el partido hay que responder, al fin y al cabo, del partido depende que les pongan en la lista. ¿Qué ha cambiado?, muy poco, antes solo había un grupo y ahora hay varios, pero ninguno de ellos representa a nadie excepto a su partido y a su clientela que vive de ello. Ocurre lo que con Luis XV en Francia, o con Carlos III en España, mejoraron algo el absolutismo mediante el despotismo ilustrado: “para el pueblo pero sin el pueblo”, ahora incluso peor ya que los monarcas estaban en la cima y no necesitaban la politica para vivir.

Así, hemos llegado a la paradoja de que la crisis económica no es un objetivo a resolver por los partidos, el PSOE quiere mantenerse a toda costa y negocia los presupuestos con el PNV, a costa de cargarse un esperanzador gobierno del país vasco sin nacionalismos, y el PP, lo consiente por no negociarlos con el PSOE con tal de que se desplome; aunque sea encima de todos los españoles.

Esto va a ser muy difícil de arreglar con estos partidos digitales. Que Dios nos pille confesados.

No es broma

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