martes, 21 de enero de 2014

TODOS IGUALES
Se están oyendo por doquier comentarios referidos al próximo testimonio de la infanta Cristina en cuanto al posible agravio comparativo, con el común de los mortales, si se permite que dicha persona acceda  a los juzgados para declarar, por la puerta trasera, ya que ha sido imputada por un posible delito fiscal. Se dice, y es hasta cierto punto normal que algunos, por la razón que sea, lo digan, que porque tiene que salvarse ella del “paseillo”, metáfora referida a la entrada a los juzgados entre un enjambre de periodistas, y una multitud hostil e insultante, cuando una persona normal, o sea desprovista del título de figura pública no tendría dicho privilegio.

A mí, la respuesta me parece elemental, y es que una persona normal y corriente no tendría necesidad de entrar por la puerta de atrás por la sencilla razón de que no habría nadie esperándola en la puerta de delante. Y nadie tiene porque sufrir una pena, aunque solo sea en el ámbito social, cuando no ha sido condenada en firme por la jurisdicción o siquiera acusada formalmente.

Y es que ser iguales, no significa que se le de automáticamente el mismo trato a todo el mundo, sino que se le de el mismo trato en situaciones iguales, y obviamente la situación no es igual cuando va a declarar una persona anónima, que cuando lo va a hacer una persona famosa susceptible de ser molestada o incluso insultada.

¿Alguien se ha encontrado alguna vez a un ministro, un presidente de autonomía, o siquiera a un alcalde de capital de provincia en una puerta de embarque para coger el avión?, yo no, si acaso he visto a algún político importante llevado en un coche oficial a la escalerilla del avión, ¿Por qué no fue al avión como los demás, en un autobús de pista?, ¿no somos todos iguales?, ¿alguien se escandaliza porque personajillos políticos de media tinta dispongan de una sala especial en el aeropuerto para no tener que esperar con el resto de los pasajeros?.

Yo comprendo que algunos, desconocedores o incapaces de interpretar nuestra Constitución, en especial el artículo 14, se rasguen las vestiduras, lo incomprensible, es que parlamentarios, y jefes de partido, a los que se les llena la boca hablando del pueblo y sus derechos, pretendan que es de justicia, que quien no ha sido juzgado, sea realeza, personaje político, o de la música Pop, sea humillado e insultado cuando va a declarar, o a lo que sea. Todos tienen derecho a que se les proteja; los que lo necesitan claro, aunque no sean proletarios.

No es broma

2 comentarios:

csc212 dijo...

Aunque comparto plenamente el sentido de la entrada, no estoy totalmente deacuerdo.

Creo que la infanta debe entrar por la puerta de delante, y sufrir el "paseillo". Ya que ser persona "pública" tiene sus ventajas e inconvenientes....

Por otro lado, igualmente discrepo de ciertos tratos de favor a políticos, en cuanto a su cargo, ya que estan demasiado generalizados y se tienen demasiados derechos. En ciertos momentos la dignidad del cargo debe tener un trato diferencial, pero en este país hemos exagerado y cualquier carguillo es tratado como si fuera presidente del gobierno. En otros paises no es tan raro ver a políticos en transporte público, o de vacaciones casi sin escoltas, aquí cualquiera tiene un sequito de 15-20 personas.

Por otro lado, dada la relevancia que se le esta dando a este caso, a la infanta la dejaría entrar por la puerta de atras. Porque el trato informativo en este país es penoso, y algunos aprovechan a montar gresca en cualquier parte, saliendo por tanto todo de la normalidad.

No me parece de recibo que llevemos un mes sabiendo la fecha en la que irá a declarar y con "periodistas" "calentando el partido".

Supongo me entenderá.

Tòfol dijo...

La verdad Cs, lo que yo estoy intentando decir es que nadie tiene porque sufrir pena alguna sin haber sido juzgado y condenado en firme, y que cualquier persona, tanto pública como no, tiene derecho a exigir que se la proteja, tanto a la entrada de un juzgado, como de un “escrache” o de cualquier forma de presión social. Añado a ello la hipocresía de ciertos políticos que exigen que se violen derechos de ciudadanos por supuestos agravios comparativos, cuando ellos son los primeros que se refugian en salas VIP de aeropuertos por el simple hecho de no tener que ser centro de las miradas de los demás pasajeros.

Luego que esta señora sea Princesa, o infanta, nada tiene que ver, lo mismo que si fuera un torero, o un futbolista, da igual.

Saludos